Tierras italianas: ¡también hay victoria en la sangre de Jesús!

Durante los días 27, 28 y 29 de octubre se realizó en la ciudad de Chieti, suelo italiano, la primera Fragua Universitaria. Retiro con características pocas veces dadas en otros: además de asistir 27 estudiantes universitarios de los cuales uno provenía de España, contaron con un equipo internacional. Es decir, gente de diferentes fraguas que hoy está residiendo en algún lugar de Europa: llegó Federico Ochoa y Andrés Bertetich de Fragua Córdoba; Ana Guerín y el matrimonio de Ramiro Serra y Mariana Zuleta de Fragua Buenos Aires; Valentina Salomone (italiana de Torino que el año pasado en un intercambio que realizó en nuestro país vivió el retiro) de Fragua Córdoba; Federico Pinto, P.Guillermo y P.Sebastián de la Sociedad San Juan.

Los vientos italianos vienen impregnados de una certeza: Jesús se manifestó con poder y con fuerza en Chieti, hay universitarios que han eschuchado su Buena Noticia y que quieren vivir la novedad de la nueva situación que en Cristo se da. ¡Gloria a Dios!

A continuación, compartimos un relato que nos enviaron de la Casa Misionera en Chieti a apenas un día de terminado el retiro

Chieti 30 de Octubre de 2007.

Salve! Nos encontramos en los días previos a la fiesta de todos los santos y del recuerdo de los fieles difuntos, días que son especialmente importantes para los italianos. Son dos días feriados donde todos van a visitar los cementerios y se hace vivo el recuerdo por los antepasados.
Les contamos que hay victoria!!! Uno se termina de dar cuenta de lo vivido a medida que pasan las horas, cuando toma distancia. Ayer, todos los chicos entre asistidos y asistentes eran unos 40, y cada uno dio su testimonio: ¿Cómo llegué?, ¿Qué encontré?, ¿Qué me propongo para el cuarto día?... ¡Si ustedes hubiesen estado para escuchar las apreciaciones que hacían del retiro!. Muchos de ellos señalaban la posibilidad de una vida nueva.

Esta primer fragua tuvo su prehistoria... un trabajo piano piano, tratando de ir conquistando uno a uno, cada uno de ellos traía detrás una historia... y llegamos finalmente a la fragua número 1. Llegaron 10 varones y 17 chicas más el equipo que eran unas 12 personas en total. La Fragua los lleno del Espíritu Santo, sus rostros cambiaron, son ahora más luminosos, están contentos, serenos, una gran paz se notaba en todos y al mismo tiempo, un gran entusiasmo por seguir a Jesús. Uno de ellos dijo: me doy cuenta que sabio haberle puesto Fragua, ya que realmente el retiro me encendió en un fuego que es espiritual.Un chica decía: cuando escuche a Federico contar el cuento en donde se narra que Jesús cancela nuestros pecados....me sentí liberada... nadie puede dar tanto como Jesús. Otro decía (hablando en el dialecto de su pueblo, lo que lo hace especialmente gracioso) mis amigos me decían: - Vos vas a un retiro, con lo que tegusta la noche, la fiesta... El respondió: - Justamente, Jesús vino a llamarme a mí porque el vino para llamar a los pecadores y yo soy uno de ellos... Aplauso seguido en la sala luego de este testimonio simple, en dialecto italiano (Pugliese) y lleno de fe. Este conocimiento de Jesús más de uno lo señaló como la clave del retiro...Uno experimenta una gran alegría al ver que ellos hayan captado como lo más importante justamente esto.Creo que por lo que se ha descrito se pueden dar una idea de la experiencia de fe que este retiro significó. Pero seguimos comentando algunos puntos más: la presencia de los colaboradores que vinieron desde distintos lugares alejados, como ser Fede Ochoa (vino desde Madrid) dio su charla toda en Italiano ¡Qué bien lo hizo! (además de ayudar con su experiencia en la fragua). También participaron Mariana Z. y Ramiro que dieron la charla de fe y obras; Andrés Bertetich que organizó muy bien su patrulla a la que le enseñaba cantos argentinos, y otros que se sumaron a ellos. Su presencia fue significativa y un gran testimonio. Para los chicos fue un testimonio muy fuerte ver gente que hacia tantos kilómetros por una Fragua...Hacia el final comprendían que valía la pena el sacrificio de los asistentes, ya que el retiro lo meritaba.