5.7.08

RED MISIONERA

La Red Misionera de la Sociedad San Juan es una comunicación semanal que llega exclusivamente por e-mail a todos aquellos que quieran suscribirse. Es una breve reflexión que nos invita a meditar distintos aspectos de nuestra vida de fe y nos ayuda a vivir la semana con un propósito espiritual.Si querés suscribirte, completa el formulario que encontrarás en: http://www.fundacionmisionera.org.ar/page.php?subsec=mailing&page=suscribe. A continuación una de las reflexiones del mes de junio que podés recibir semanalmente.

Desde el corazón a la Fe‏
Hemos meditado sobre una pregunta directa de Cristo a Pedro ¿Me amas? ¡Qué palabras! En nuestra conversación cotidiana usamos términos generales o expresiones amplias. Es decir, nos referimos a una pluralidad de personas, por esto usamos giros extensos y a veces tan abarcativos que no sabemos bien a quiénes nos referimos. De tal modo que hablando “a todos” no hacemos referencia a nadie en particular. “…Nosotros los aquí reunidos…uno cree que…la gente dice”. Pero hay cuestiones que nos involucran directamente, como la pregunta de Jesús “¿Me amas?” A nadie más está dirigida más que a usted y a mí.
La urgencia de esta cuestión es que de ella depende nuestra fe. En efecto, se cree con el corazón; o si se quiere, no se cree verdaderamente más que con el corazón. Este acto porque se desarrolla en el corazón, no puede más que ser hecho por la persona y frente a Dios. La fe es una respuesta, que constantemente actualizamos y volvemos a dar, ante las propuestas y preguntas de Cristo. Respuesta que es personal, pues estamos “todo nosotros” implicados en ella (dificultades y pruebas, historia y camino recorrido) y sólo cada uno la puede dar; y aún más, renovable cada día. Por ello Jesús en el Evangelio pregunta asiduamente“¿Crees en el Hijo del hombre?” (Jn 9,35) “¿Crees esto?” (Jn 11,26). También el símbolo de la fe comienza del mismo modo “Creo en Dios…” y no “Creemos…”.
La fe fuerte, llega como un don que hay que pedir, y nace desde el corazón. No es un acto exterior a nosotros sino personal. Es indispensable entonces que busquemos en nuestro interior las razones de nuestra fe y sus raíces en nuestro corazón. Veremos tal vez que no creemos lo suficiente o todo lo que nos gustaría. No hay que desanimarse, lo importante es que estemos en camino. Es decir, reconozcamos que Jesús tiene palabras de Vida para mí y nos dejemos amar por él. Ante la pregunta “¿Me amas?” podremos tal vez responder “No lo suficiente Jesús, pero sé que tú me amas y eso sí es suficiente. Por ello, quiero creer ¡Aumenta mi fe!”.
En esta semana los invitamos a hacer una oración similar, reconocer que a veces nuestra fe no nace desde el corazón y podemos pedirle a Jesús que aumente nuestra fe.

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