Bajo el lema “María Madre”, anoche celebramos el primero de los tres encuentros que dedicaremos a honrar a la Virgen, y que concluirán con la peregrinación hasta el santuario de Alta Gracia el lunes 8, día de la Inmaculada Concepción
Ante una capilla repleta y frente al Santísimo Sacramento expuesto, el padre Pablo nos sumergió en el misterio de Maria como Madre de todos los cristianos mediante una predicación llana y contundente.
“Ella es la estrella del mar –graficó-. Es la luz que nos puede orientar cuando nos encontremos perdidos en la oscuridad del océano”.
Nuestro Padre, conociendo la tristeza de una persona cuando se ha quedado sin su mamá, concibió una “Madraza” para toda la humanidad, cuyo manto es el paraguas en el que sus hijos podemos refugiarnos cuando sobreviene el temporal.
Y por eso, el sacerdote de la SSJ destacó la importancia de apropiarnos del vinculo filial que Jesús nos legó momentos antes de morir crucificado. “El calvario fue la sala de parto en la que Maria dio a luz a todos los hijos que vendrían con el tiempo”. Ahora, es momento de que cada uno de nosotros -a ejemplo de Juan- la recibamos en casa como a nuestra Madre.
Y ahora se viene el retruco, porque el tema previsto para mañana es Maria Virgen. ¿Te prendes?
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